El Obispado de Santander invirtió el año pasado
un total de 1.391.685 euros a la construcción y restauración de
templos en Cantabria, una comunidad que tiene desperdigados por todo su territorio
un total de 1.200 templos.
Precisamente, la necesidad de conservar dignamente este patrimonio ha centrado
la 'Jornada pro templos' celebrada recientemente en Cantabria, en cuyas iglesias
se llevó a cabo una colecta especial para sufragar la conservación
de los templos y la construcción de otros nuevos.
De los 1,3 millones de euros, 1.015.116 euros se destinó a sufragar las
obras de tres nuevas iglesias que se están construyendo: la Parroquia
de Nuestra Señora de Belén en el Cerro de El Alisal, que tiene
un coste de 684.912 euros; El Cristo de Maliaño-Muriedas cuyo presupuesto
es de 268.739 euros y La Virgen del Faro en Cueto con una inversión de
61.465 euros, según los datos aportados por la Diócesis.
Por otro lado, la Comisión Mixta integrada por el Gobierno de Cantabria,
el Obispado de Santander y Caja Cantabria, llevó a cabo a lo largo de
2002 un total de 46 actuaciones de restauración de templos en distintas
parroquias de la región por un valor total de 826.720 euros. Las aportaciones
de esta Comisión Mixta se repartieron de la siguiente forma: Gobierno
de Cantabria, a través de la Consejería de Cultura, aportó
360.000 euros; el Obispado de Santander 376.568 euros y Caja Cantabria 90.151
euros.
Por otra parte, las nuevas iglesias levantadas en espacios urbanos, demandan,
según el Obispado, locales complementarios destinados al encuentro y
a la formación de los fieles. Se trata de bibliotecas, salas de reunión,
de recreo, e incluso espacios de ámbito deportivo.
En total en Cantabria existen 617 parroquias y el número de templos y
ermitas asciende a 1.200. Respecto a los sacerdotes, explicó el Obispado,
la cantidad se eleva a 302, de los que 16 están en distintos lugares
de España y 10 se encuentran en el extranjero como misioneros. En Cantabria
existen, asimismo, 284 religiosos y 929 religiosas que también prestan
su colaboración y servicio.
Arte y culto
El Obispado resalta que para los creyentes la iglesia, «más que
un monumento digno de admiración por su armonía artística,
es un lugar en el que se celebra y expresa la fe; unas veces se hace en comunidad
con los demás hermanos, otras resulta ser el espacio en el que el corazón,
en medio del silencio, es iluminado para hablar con Aquel en que tiene puesta
su confianza».
Asimismo, apunta que se hace necesario prestar ayuda especial a los sacerdotes
que, a pesar de las dificultades, permanecen en las pequeñas parroquias
rurales, «compartiendo la suerte de sus fieles y sembrando entre ellos
la esperanza».